"Ouvrez les frontières, laissez nous passer"
Del
miércoles 30 de marzo al 1 de abril, un grupo de 25 jóvenes de la península y
de algunos países de Asia, nos juntamos para celebrar la Pascua en Ceuta.
Uno de ellos así nos lo cuenta:
Uno de ellos así nos lo cuenta:
“Tanto
que criticamos el muro de Trump (como es obvio), pero en España tenemos dos
vallas: una en Ceuta y otra en Melilla.
He tenido
la oportunidad de vivir una Pascua al lado de inmigrantes que han conseguido
cruzar la valla de Ceuta. Gente súper válida, con un gran corazón y una
increíble capacidad de adaptación y supervivencia. Héroes que ríen hasta en las
peores condiciones, que bailan para derribar barreras, que solo buscan una vida
mejor, y que siguen adelante con una fe fortísima. Buena gente que ha tenido
que pasar por la pérdida de sus hermanos en el mar, por llevar el “mapa de su
viaje” marcado en el brazo, por dejar a su familia a miles de kilómetros, y por
golpes y palizas para evitar su entrada a nuestro país y, por tanto, a Europa.
Han pasado por todo esto para conseguir llegar a Europa, tener aspiraciones y poder volver a mejorar su país evitando que se desangre por su partida. Pero se les impide el paso violando absolutamente los Derechos Humanos que tanto nos hacen creer que se cumplen siempre. Nos hacen creer que son mala gente que nos va a quitar nuestros trabajos y nuestras becas, pero solo quieren tener una vida igual de digna que la que tenemos nosotros, a pesar de ser los que les explotamos haciendo desigual el aprovechamiento de los recursos de las zonas en las que, por suerte o por desgracia, nos ha tocado nacer.
¿Por qué
no regular la inmigración de una forma más humana mediante visados y acuerdos
de estancias temporales? ¿Por qué siempre tiene que ganar el maldito dinero y
no la humanidad? Cuesta
más dinero mantener las condenadas vallas que abrir las fronteras y regular la
entrada con palabras y corazón…
Además de
vivir esta experiencia con los afortunados que han conseguido sobrevivir y
llegar ahí, que “ya solo” les queda esperar y seguir buscándose la vida, pude
ver en Marruecos a los que todavía no han pasado la valla, a los que les queda
un durísimo camino todavía. Unos chavales con una actitud siempre positiva y
luchadora, un grandísimo ejemplo para todos nosotros. Unos chavales que han
dejado de ser chavales por lo que han tenido que vivir y que se les maltrata
por no tener un papelito que les hace iguales. Unos chavales que tienen nombres
propios, que son Malick, Isabella, Mamadou, Boubaca, Mohamed, BigJoe, Michelle,
Fredy, Pierre… Y muchos más.
Por que
el mundo entre en razón. Por que se acabe el miedo y el rechazo por el
desconocimiento y la desinformación. Por abrir las fronteras y nuestro corazón.
Por la libertad. Ça va aller! BOZA!
Gracias Paula,
gracias Teo, gracias Cande, y gracias a toda la Asociación Elín por estar del
lado de los pobres y olvidados, muchas gracias por todo vuestro trabajo y por
dejarnos vivir esta experiencia. Gracias por dar nombre a esta realidad, por
conocer todo lo que rodea a este monstruo que hemos
creado y que lo único que hace es deshumanizarnos cada vez más.”
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