viernes, 18 de noviembre de 2011

Viaje a Marruecos


Reunión de voluntari@s Elín en Rabat

Con mucha ilusión el 8 de noviembre,  martes por la mañana, nos pusimos rumbo a Rabat. Pasamos sin dificultad la frontera casi desierta a causa de la fiesta del cordero y sin darnos cuenta nos encontramos en medio de un pueblo que se paraliza durante una semana. La fiesta se celebra en la casa y en la mezquita y es dificil encontrar un sitio donde poder tomar algo. Después de dos días en la capital viajamos a Casablanca, al siguiente día a Oujda,  para finalmente volver desde allí a Ceuta.


Todos los días han estado llenos de encuentros y reuniones: con Cáritas, voluntari@s de ELÍN, familias inmigrantes, representantes de proyectos, asociaciones... Con ellos hemos compartido cómo viven, qué buscan y qué esperan de nosotr@s. Lo que mas resuena al escribir estas líneas es: la acogida en sus casas, su talante ante las dificultades, la esperanza en el futuro, la necesidad de ser escuchados. Nos transmiten con fuerza que cuentan con nosotr@s y que nuestra presencia y nuestro proyecto es un estímulo para ell@s. Es así como vamos viendo que cada vez el trabajo en equipo es mas gratificante y se hace más sólido, siempre intentando partir de su momento y de nuestra posibilidades. Nos han aportado ideas nuevas en relación a las actividades de verano y a la escolarización de los niños que intentaremos poner en práctica en la programación del próximo verano.
En Rabat, visitando a una familia
De modo especial vivimos el encuentro en el bosque de Oujda, a unos kilómetros de de la universidad, donde estaban escondidos unas 400 personas de distintas comunidades subsaharianas. A través de Adama, nuestro veterano colaborador en Rabat, pudimos acceder a uno de los campamentos, acompañados por uno de ellos. De repente recordamos otros momentos vividos en el campamento de Ben Yunes en la frontera de Ceuta hace algun tiempo. Nos encontramos caminando hacia un  lugar inhóspito, solitario, con dificil acceso y lejos de la civilización;  teníamos la sensación de estar escondiéndonos por miedo a ser descubiertos. Ese es realmento su sentimiento.  La necesidad de permanecer en el anonimato, en la invisibilidad para no ser  descubiertos y poder hacer realidad la esperanza de que suceda el milagro, la posibilidad de poder viajar a España o Europa...Aún resuenan en nuestras mentes algunas de sus palabras "Esto es muy duro, a veces todo se oscurece“ "Gracias por la sorpresa de veros, vuestra presencia nos anima y nos da valor y coraje para seguir buscando un futuro mejor”. Uno de ellos nos expresaba con gran pesar “He intentado pasar a España 7 veces y no se si tengo que desistir y buscar otra cosa”. Fue un regalo el poder animarnos mutuamente, ellos y nosotros, porque su valor y aguante se hace compromiso en nosotr@s y desearíamos que de alguna forma os llegara también a vosotr@s.

En el bosque de Oujda con los jefes de diferentes comunidades
Os animamos a no dejar apagar en vuestro corazón las experiencias personales de encuentro con estas personas, que cada día nos posibilitan sentir que la solidaridad es más grande que el egoísmo y  que el compromiso con la justicia es capaz de cambiar nuestras vidas.










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