domingo, 4 de marzo de 2012

VIAJE A RABAT


 Del 25 al 28 de Febrero, estuvimos en Rabat, para continuar el contacto con las comunidades de subsaharianos allí.
Desde hace ya  5 años la presencia de Elín en esta ciudad ha ido evolucionando en un trabajo codo con codo con l@s inmigrantes y refugiad@s en Marruecos.

En esta ocasión al viaje fueron Teresa, Armel y Jesús. Los encuentros con diferentes grupos: voluntarios, líderes de comunidades, responsables de asociaciones, fueron muy numerosos.
Reunión con líderes de comunidades en Rabat. Aquí con la comunidad
de Camerún. De izquierda a derecha: Armande, Armel, Jesús, Pierre, Serge y Daría

Los objetivos principales han sido: Animar y acompañar el trabajo de l@s voluntari@s de Elín allí; organizar las actividades y encuentros en verano junto con Cáritas- Rabat y líderes de diferentes comunidades, pagar las becas del colegio de varios niños subsaharianos y visitar a sus familias.

En este viaje se dio además una circunstancia muy especial: Armel, camerunés, miembro de la Asociación, volvía por primera vez a Ceuta y Rabat, después de haber hecho el camino entre 2005 y 2007 para llegar a España. Hubo encuentros muy emotivos con los amigos que aún están en Marruecos, en la casa de Ceuta, en el CETI… Revivir esa historia y poder ofrecer toda su experiencia para ayudar a otros y abrir nuevos caminos de lucha por la justicia y por la dignidad de tantos/as, nos ha marcado en esta visita. Ser testigos de este milagro, nos anima a continuar.

No podemos cerrar esta breve crónica sin mencionar otros dos encuentros también excepcionales.

Por un lado el ir a la casa de Armande, voluntaria de Elín, que vive en Rabat con sus 5 niños a los que desde España se les está ayudando para estudiar. Salió de su país con ellos y sigue luchando por sacarlos adelante. Un ejemplo extraordinario de valentía, amor y fuerza, que nos dejó sobrecogidos y que nos muestra que es eso, la capacidad de amar, la que supera toda frontera. 
Armel y Serges con dos de los hijos de Armande en su casa. 

Por último, el encuentro con la comunidad camerunesa en un barrio de Rabat el último día. Chicos entre 18 y 25 años, que viven hacinados en varias casas, a la espera de poder llegar a España y alcanzar su sueño.

 No sé ni cuántos habría en aquella habitación donde nos esperaban, gracias a los amigos que conocía Armel. Les animamos, les informamos de la situación en Ceuta y la frontera, y de quiénes éramos Elín y qué hacíamos allí. 

Fue un primer contacto, que ojalá pueda repetirse. Pero desde la experiencia de fe que muchos vivimos y que sobre todo ellos tienen, nos sobrepasó la oración compartida que tuvimos. Alguien dijo: “Por favor, vamos a hacer una oración juntos”. “qué vuestra visita bendiga esta casa”

Había mucho ruido por la cantidad de gente, pero, poco a poco se hizo silencio; todos cogimos nuestras manos y pedimos a Dios la fuerza y el Espíritu para resistir, para pasar la frontera. Oramos por el gobierno de Europa, por los compañeros que están enfermos y por el último hermano que murió ahogado en Ceuta; para que su muerte sirva, y de ella surja vida. Oramos por sus familias y por ellos, para que sientan que Dios camina a su lado y que Dios les ha enviado a liberar a su pueblo, a su herman@s, a sí mismos; y que nuestro encuentro significa el encuentro del Norte y el Sur, y la caída de las fronteras que nos separan, nacidas del egoísmo. Y junto al dolor, el sudor y el sufrimiento, de nuestras manos apretadas, salió fuerza, mucha fuerza… capaz de transformarlo todo. 

Volveremos otra vez allí en mayo, y os seguiremos contando. 

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